Proyecto ferroviario de Porky es por ahora una completa farsa.
Aquí explicamos por qué el proyecto ferroviario de Rafael López Aliaga es, por ahora, una reverenda farsa
Fortunata Campos Ortega (60) mira con desconfianza los rieles que pasan por delante de la puerta de su casa. Vive en la calle Meiggs (Callao) y se acaba de enterar de que el tren que prometió el alcalde de Lima pasará por delante de sus narices. No es una exageración. Entre su fachada y las vías hay menos de un metro de distancia.
El “tren de Porky” ha terminado en cuento tragicómico. “Nadie nos ha avisado nada. Tengo 40 años viviendo aquí”, dice Campos. En el vecindario nadie ha visto ni a ingenieros ni a especialistas haciendo estudios de riesgo.
Además de la casa de Fortunata Campos, hay más de unas veinte viviendas construidas al borde de la vía del tren. Los vecinos cuentan que debajo de los rieles ellos mismos han hecho “obras de saneamiento”: instalaron tuberías de agua y desagüe de sus predios. Ahora temen que el peso y el paso continuo de los vagones hagan colapsar las conexiones.
A un lado y otro de las vías los vecinos han tendido cables eléctricos. Tampoco saben si el tren de dos pisos que alguna vez recorrió la ciudad de San Francisco se los va a llevar por delante.
No sólo los vecinos de la calle Meiggs están sorprendidos. Los funcionarios del MTC también observan estupefactos cada uno de los anuncios que hace Rafael López Aliaga. En la entidad –dicen fuentes ministeriales– no existe ningún presupuesto contemplado para implementar un tren de pasajeros desde Lima hasta Chosica. Tampoco hay ningún proyecto en evaluación.
“Todavía no hay nada. En las conversaciones con la municipalidad los dos principales puntos han sido la llegada de ‘material rodante’ y su traslado hacia un punto de almacenamiento (…). No estamos hablando de ‘pruebas en vacío’ ni de ‘marcha blanca’ para un tren de pasajeros. Tampoco de una preoperación. Esto simplemente es un remolque de vagones que, según ha señalado la municipalidad, se haría hasta la estación Montserrate, donde hay un área que administra el actual concesionario”, dice Luis Vilela, asesor de la presidencia de la Autoridad de Transporte Urbano (ATU), entidad adscrita al MTC.
El plan de López Aliaga es disfrazar la operación del remolcado de los vagones y las locomotoras desde el Callao hasta el Cercado de Lima como si se tratara de una “marcha blanca” del tren de Lima. El objetivo es obtener una postal electorera.
“Llega el tren Lima-Chosica este lunes. #TrenDePorky este lunes 14 de julio a las 2 pm en el parque de la Muralla ¡Ven a conocerlo!”, tuiteó López Aliaga el último martes en sus redes sociales. En la publicación se observa a un cerdo con un gorro celeste que lleva el logo de Renovación Popular. El tuit fue borrado un día después.
Por si algo sale mal durante el show que alista Porky, el pasado 7 de julio Ferrovías Central Andina S.A. (el actual concesionario del Ferrocarril Central del Perú) envió una carta al MTC. En el documento la empresa se lava las manos ante eventuales accidentes que pudiera producir el traslado de los vagones.
“Debemos señalar que, cualquiera fuera el caso, todo riesgo o responsabilidad de cualquier índole relacionada a los referidos coches y locomotoras durante su traslado desde el Terminal Portuario del Callao hasta la Estación Ferroviaria Monserrate será asumido exclusivamente por la MML”, comunicó la empresa.
En el mismo documento también advierte que la estación Monserrate, ubicada en el Cercado de Lima, sólo podría recibir el primer lote de 45 vagones y 10 locomotoras. Es decir, no se sabe dónde se guardará el segundo lote de 44 vagones y 9 locomotoras que llegará en agosto.
“Lo que está haciendo el alcalde con su ‘marcha blanca’ es hacer una exhibición de los vagones para que la gente lo vea (…). Yo como arquitecto no apoyaría algo así porque hay una alta probabilidad de que se produzcan accidentes. La vía ni siquiera está en buenas condiciones, está desnivelada y con durmientes (las maderas que se colocan entre los rieles) fracturadas”, dice Juan Maguiña, arquitecto y experto ferroviario.
El especialista asegura que para poner en marcha un tren de pasajeros desde Lima a Chosica, tal y como están las instalaciones actuales, se requerirían obras que demorarán buen tiempo.
“El transporte de mercancías es diferente a brindar un servicio de transporte masivo. (…) Estamos hablando de vías protegidas en ambos márgenes con muros de contención, puentes peatonales y vehiculares, pasos a desnivel, entre otros. Son las condiciones mínimas que se piden en cualquier ciudad metropolitana”, asegura Maguiña. “Hay gálibos (parte inferior de los puentes) que cruzan los rieles que miden 5.10 metros de alto, cuando la norma dice que lo mínimo que deberían tener es 5.50 metros. (…) Me sorprende que el alcalde, siendo un ingeniero, haga estas cosas”, agrega.
“Recordemos que actualmente esta es una vía utilizada para el servicio de transporte de carga. En el mejor de los casos la velocidad por la cual se realiza la operación llega a 20 kilómetros por hora porque tenemos el problema de que muchas personas cruzan la vía férrea (…). Si hablamos de obras, tiene que haber una planificación de paraderos, garantizar que la vía esté en condiciones adecuadas. Todavía no se cumplen esas condiciones”, dice Luis Vilela, vocero de la ATU.
El jueves y viernes de la semana pasada funcionarios de la Municipalidad de Lima, encabezados por Renzo Reggiardo y la regidora Roxana Rocha, acudieron al MTC para coordinar la emisión de un “certificado de habilitación ferroviaria”. Se trata del permiso administrativo que requiere la municipalidad para remolcar los vagones desde el Callao hasta el Cercado de Lima y guardarlos en un almacén. El certificado no permite ninguna otra operación.
Vilela asegura que hasta el momento no se ha emitido ningún permiso a la MML porque para dar esta autorización requieren revisar el estado de los vehículos rodantes.
“Todavía no se ha hecho ninguna evaluación. Se ha hablado en mesas técnicas sobre la posibilidad de trasladar los trenes, pero todavía no se ha medido si ese ‘material rodante’ puede impactar con casas aledañas”, dice.
“En total, la Municipalidad de Lima ha desembolsado 24.5 millones de dólares por el traslado del tren desde los Estados Unidos. Según sus especificaciones técnicas, opera a diesel con una locomotora modelo EMD F40PH, de 5.01 metros de alto y 3.23 metros de ancho. Es decir, es más alto y ancho que el tren actual que transporta minerales, que tiene 4.67 metros de alto y 3.10 metros de ancho.
“Hace unos días vino personal de la municipalidad y se puso a medir el puente (…) Estaban preocupados porque no sabían si los vagones nuevos pasaban. Les dije que la locomotora actual pasa con un espacio muy pequeño de sobra por arriba”, dice José Álvarez, un vecino que reside cerca del puente Los Ángeles, en Chaclacayo.
“En el tiempo que vivo aquí, a este puente nunca se le ha hecho mantenimiento. Solamente se le han pintado las barandas (…). En el 2017 el río se llevó parte de la línea del tren, casi 50 metros. Después de eso, la colocaron sobre una base más alta”, dice Álvarez.
PUBLICADO EN EDICIÓN 741 DEL SEMANARIO «HILDEBRAND», AÑO 16
