Para Visión Macrosur
📍 Lima, 16 de octubre de 2025
Una juventud en resistencia
La Marcha Nacional de la Generación Z volvió a llenar las calles del centro de Lima con miles de jóvenes indignados que, entre cantos, pancartas y símbolos de cultura popular, exigieron cambios profundos en el país. Lo que empezó como una movilización pacífica terminó marcada por la tragedia: Eduardo Mauricio Ruiz Sanz, de 32 años, perdió la vida tras recibir un impacto de proyectil durante la represión policial en los alrededores de Plaza Francia.
Su nombre, “Trvko” para sus amigos, ya es un emblema de lucha y resistencia frente a un Estado que —una vez más— responde con violencia en lugar de diálogo.
Represión y dolor en el corazón de Lima
Testimonios, videos y reportes de la Defensoría del Pueblo y organizaciones de derechos humanos confirman lo que muchos temían: la respuesta policial fue desmedida.
Gases lacrimógenos lanzados sin control, disparos a corta distancia, y detenciones arbitrarias marcaron una jornada que dejó más de un centenar de heridos.
Mientras la Fiscalía de la Nación abre una investigación por la muerte de Ruiz Sanz, el gobierno mantiene un silencio que solo alimenta la indignación. Desde Palacio no se ha reconocido responsabilidad alguna, y los jóvenes denuncian que el poder político sigue sordo ante sus demandas.
“Nos están matando por exigir un futuro digno”, gritaban anoche decenas de manifestantes frente al Congreso.
Lo que exige la Generación Z
Las protestas van más allá de una ley o una reforma.
Esta generación demanda una renovación total del sistema político, transparencia, seguridad y empleo digno.
El detonante inmediato fue la reforma del sistema de pensiones —que obliga a la afiliación forzosa—, pero el malestar se ha gestado durante años de corrupción, precariedad y abandono institucional.
Con símbolos como la bandera de One Piece ondeando entre la multitud, los jóvenes envían un mensaje claro: su rebeldía no es desorden, es esperanza.
Justicia, memoria y futuro
La muerte de Eduardo Ruiz Sanz no será olvidada.
Su rostro ya recorre las redes con el hashtag #JusticiaParaTrvko, mientras colectivos universitarios y grupos sociales convocan nuevas marchas en todo el país.
Desde las calles de Lima hasta las plazas del sur andino, se repite una consigna:
“No queremos mártires, queremos justicia y futuro”.
Sin embargo, el gobierno —que insiste en minimizar las movilizaciones— parece decidido a no escuchar lo que ya se ha vuelto un clamor nacional.
En resumen
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1 fallecido y más de 100 heridos tras la marcha de la Generación Z.
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Denuncias de uso excesivo de la fuerza por parte de la PNP.
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Fiscalía investiga la muerte de Eduardo Ruiz Sanz.
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Jóvenes exigen cambios estructurales y diálogo real con el Estado.
