Tacna, 2 de enero de 2025. En un acto que ha generado controversia e indignación entre comerciantes y ciudadanos, una cisterna de la Municipalidad Provincial de Tacna fue vista arrojando agua sucia contra un grupo de vendedores en la avenida Coronel Mendoza. Este hecho, ocurrido en medio de un operativo municipal, buscaba impedir que los comerciantes informales se instalaran en la vía pública.
Testigos del incidente grabaron videos que muestran cómo el vehículo municipal rocía agua directamente hacia los comerciantes, muchos de los cuales intentaban salvar sus productos. Según denunciaron los afectados, el agua estaba sucia, lo que no solo representó un daño a sus mercancías, sino también un acto que calificaron de humillante.
Los comerciantes, en su mayoría pequeños vendedores informales, manifestaron su descontento ante lo que consideran un abuso de poder. «No estamos aquí por gusto, estamos tratando de ganarnos la vida. En lugar de dialogar, nos tratan como basura», expresó una comerciante afectada, quien aseguró que este tipo de acciones son recurrentes durante operativos municipales.
Otros afectados señalaron que el agua sucia no solo arruinó productos, sino que también pone en riesgo la salud de las personas expuestas. «¿Qué tipo de mensaje da la municipalidad cuando usa estos métodos? Esto no es resolver el problema, es empeorarlo», añadió un comerciante.
Hasta el momento, la Municipalidad Provincial de Tacna no ha emitido un pronunciamiento oficial respecto al incidente. Sin embargo, fuentes cercanas al municipio indicaron que los operativos forman parte de una estrategia para mantener el orden y evitar la ocupación de áreas públicas, especialmente en zonas de alta concurrencia como la avenida Coronel Mendoza.
El incidente ha generado un fuerte debate en redes sociales. Mientras algunos ciudadanos apoyan la idea de mantener las calles despejadas y ordenadas, otros condenan enérgicamente el uso de tácticas como arrojar agua a los comerciantes.
Organizaciones de derechos humanos y grupos sociales locales han exigido una investigación inmediata y sanciones para los responsables. «Los derechos humanos no se negocian, y la pobreza no debe combatirse con violencia», afirmó un representante de una ONG local.
Este evento pone en el centro del debate la relación entre el comercio informal y la autoridad municipal. Si bien es cierto que el orden público es fundamental, muchos cuestionan si estas medidas extremas son justificables en una ciudad que enfrenta problemas sociales profundos.
La atención ahora se centra en la respuesta oficial de la Municipalidad y en si se tomarán medidas para evitar que incidentes similares vuelvan a ocurrir. Mientras tanto, los comerciantes afectados exigen disculpas, reparaciones y, sobre todo, un trato digno.