En un dramático llamado de atención sobre los abusos en el servicio militar en el cuartel Gregorio Albarracin de Tacna, la madre valiente Martina Mamami Chambi alza la voz para denunciar el trato inhumano que sufrió su hijo mientras cumplía con su deber en el cuartel de Tacna. Su hijo, Victor Hugo Condori Mamani un joven soldado de 19 años, no solo fue víctima de maltratos físicos, sino que las secuelas de estos abusos le han dejado una marca imborrable: la pérdida de uno de sus testículos. Sus superiores le hicieron cargar una mochila de 30 kilos todo el día, quien por efecto de este inhumano cayó enfermo, personal del ejército no le dieron la atención debida cuando este se puso mal, solamente atinaron a decirle: «ya se te pasará» y cuando tardíamente lo llevaron al consultorio era demasiado tarde.
El joven ingresó al servicio militar con la ilusión de servir a su patria y asegurar un futuro mejor. Sin embargo, lo que comenzó como un deber patriótico pronto se transformó en una pesadilla. Según la madre, quien ha preferido mantener su nombre en el anonimato por temor a represalias, su hijo fue sometido a agresiones físicas constantes, humillaciones y castigos desmedidos que, lejos de formar a un soldado, lo destruyeron emocional y físicamente.
La tragedia alcanzó su punto más cruel cuando, durante una serie de ejercicios de entrenamiento, el joven fue sometido a cargar una mochila de más de 30 kilos de peso durante todo el día. A pesar de haber pedido ayuda, los superiores lo ignoraron, considerándolo un simple accidente. “Lo dejaron sufriendo, sin prestarle atención médica inmediata. Lo abandonaron en su dolor”, denuncia la madre con lágrimas en los ojos.
Tras varios días de intenso dolor y sin recibir atención adecuada, el soldado fue finalmente llevado al hospital militar, donde se le diagnosticó una lesión grave en uno de sus testículos. A pesar de los esfuerzos médicos, no fue posible salvar el órgano, y el joven perdió uno de sus testículos.
“¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI, en un lugar donde se supone que deben cuidar y formar a los jóvenes, ocurra algo tan inhumano?”, se pregunta la madre con indignación. Ella exige justicia para su hijo y castigo para los responsables de su sufrimiento.
El caso ha desatado una ola de indignación en la comunidad local y ha puesto bajo la lupa el trato que reciben los reclutas en el cuartel de Tacna. Organizaciones de derechos humanos ya han comenzado a investigar el caso y han pedido que se revise de inmediato el sistema de entrenamiento militar, exigiendo sanciones para aquellos que toleran o participan en actos de violencia y abuso.
La madre del soldado no solo exige justicia para su hijo, sino que también lanza un llamado a otras familias cuyos hijos están en situaciones similares. “Esto no puede quedar impune. No podemos permitir que los jóvenes, que ofrecen su vida por el país, sean tratados como objetos desechables. Mi hijo nunca volverá a ser el mismo, pero lucharé hasta el final para que ninguna otra madre pase por esto”, concluye con la voz rota por el dolor.
Este trágico caso deja al descubierto una realidad preocupante que, si bien es silenciada muchas veces, sigue latente en los cuarteles. ¿Cuántos más deben sufrir en silencio? La respuesta queda en manos de las autoridades y de una sociedad que debe exigir un trato digno para quienes están llamados a defender la nación.