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APERTAC: «La gran mentira de hacer empresa»

En Tacna, pocos recuerdan el nombre de APERTAC, Asociación de Pequeños Empresarios de la Región Tacna que en su momento recibió bajo la modalidad de CESION DE  USO, miles de hectáreas de terrenos con un objetivo de: convertirlos en polos de desarrollo productivo. La promesa era clara: levantar empresas, generar empleo, dinamizar la economía local.

Sin embargo, la historia fue otra. El tiempo demostró que los terrenos nunca se transformaron en industrias ni en verdaderas unidades empresariales. Lo que predominó fue el uso de estas tierras para otros fines, alejados del espíritu con el que se cedieron. Hoy la justicia aún mantiene investigaciones abiertas sobre estas asignaciones, intentando determinar responsabilidades y esclarecer lo que terminó siendo un capítulo oscuro en la administración del suelo regional.

Lo cierto es que en esos terrenos nunca se hizo empresa. Las maquinarias prometidas jamás llegaron, las fábricas nunca levantaron sus muros y la idea de un “Tacna productivo” se convirtió en una ilusión perdida.

Hoy, este personaje de Wilfredo Sosa aparece nuevamente en el escenario político y social, intentando revivir el proyecto de APERTAC. Pero esta intención reabre viejas heridas y despierta legítimas dudas: ¿se trata realmente de una segunda oportunidad para impulsar el desarrollo o simplemente de la repetición de la misma historia, con otro rostro y el mismo discurso?


Tacna no puede seguir siendo el laboratorio de las excusas. Durante años se habló de “hacer empresa” como bandera de progreso, pero en el caso de APERTAC esa consigna fue solo un pretexto para acumular tierras y beneficios. El pueblo ya no se deja engañar con promesas vacías, ni con proyectos que en el papel parecen revolucionarios, pero en la práctica se desvanecen en la nada.

Hoy más que nunca, frente a intentos de resucitar lo que ya fracasó, hay que decirlo con firmeza: hacer empresa fue solo una excusa. Y Tacna merece mucho más que excusas; merece proyectos reales, transparentes y que respondan al clamor de su gente.


APERTAC: EL SUEÑO QUE SE CONVIRTIÓ EN EXCUSA

En Tacna, el nombre de APERTAC aún resuena como un recuerdo incómodo de promesas incumplidas. Nació con un ideal loable: convertir extensas áreas de terreno en polos productivos, donde se levantarían pequeñas y medianas empresas capaces de generar empleo y desarrollo económico para la región. Era el sueño de una Tacna emprendedora, pujante, moderna.

Pero el sueño pronto se convirtió en espejismo. Los terrenos entregados jamás se transformaron en fábricas ni en espacios de innovación. Los supuestos empresarios nunca dieron el paso de la palabra a la acción. Con el tiempo, la ilusión de ver surgir un verdadero parque empresarial se fue diluyendo, hasta que quedó claro que lo que menos interesaba era hacer empresa.

Lo que quedó en pie no fueron industrias ni empleos, sino un entramado de irregularidades, intereses personales y maniobras políticas, que hoy siguen bajo la lupa de investigaciones judiciales. APERTAC pasó de ser el emblema de un futuro productivo a un ejemplo de cómo se puede manipular el discurso del desarrollo para justificar repartos de tierras sin resultados.


LA GRAN MENTIRA DEL “HACER EMPRESA”

Con el tiempo se demostró una verdad irrefutable: en esos terrenos nunca se hizo empresa. Ni una sola. No hubo parques industriales, no hubo producción, no hubo exportaciones, no hubo empleo. Todo lo prometido quedó en el aire, y lo que se vendió como una política visionaria no fue más que un pretexto para obtener terrenos baratos bajo el manto del emprendimiento.

La frase “hacer empresa” se convirtió en un eslogan vacío, una bandera que sirvió como excusa para intereses que nada tenían que ver con el bienestar de Tacna. El desarrollo quedó en el discurso, mientras que las oportunidades reales de progreso se desperdiciaron frente a los ojos de toda una región que hoy exige explicaciones.


EL RETORNO DE WILFREDO SOSA Y LA HISTORIA QUE SE QUIERE REPETIR

En este contexto aparece nuevamente este oscuro personaje Wilfredo Sosa, quien intenta revivir el proyecto de APERTAC como si fuera una propuesta fresca, como si no cargara consigo el peso del fracaso anterior. Su reaparición reabre heridas y genera una pregunta legítima: ¿se busca realmente reactivar la economía de Tacna o simplemente volver a vestir de “emprendimiento” los mismos intereses ocultos de siempre?.

Investigación por lavado de activos

  • Fiscalía Anticorrupción ha iniciado una investigación contra APERTAC por el presunto delito de lavado de activos. Esta se centra en la entrega irregular de terrenos del Gobierno Regional de Tacna (GRT) a varias asociaciones, entre ellas APERTAC. Se investiga específicamente si dirigentes se beneficiaron mediante la venta de lotes.

  • Se han ejecutado allanamientos domiciliarios al dirigente Wilfredo Sosa Arpasi —apoyado por la Fiscalía en 2020— en búsqueda de documentación clave (como libros de actas y padrones) que había sido reportada como extraviada.

  • En julio de 2025, fiscales y policías constataron signos de vida acomodada en la vivienda de Sosa Arpasi, incluyendo un jacuzzi, además de incautar los registros e información evaluada para avanzar en el caso

Tacna no necesita que se le repitan fórmulas ya probadas y fallidas. Lo que requiere es planificación seria, transparencia en la administración de tierras y proyectos que se ejecuten con la gente, no sobre la gente.


Tacna merece respeto. La historia de APERTAC es la demostración de cómo un discurso bonito puede esconder las más grandes estafas sociales. Se nos habló de progreso, de modernización, de generar empresa; pero lo único que se consolidó fue la mentira. “Hacer empresa” no fue más que una excusa para apropiarse de terrenos y disfrazar de desarrollo lo que en realidad fue abandono.

Hoy, cuando ciertos actores intentan resucitar ese fracaso, debemos hablar claro. No es progreso lo que buscan, es repetir la jugada. Tacna no puede permitirse otro espejismo, ni volver a caer en las mismas trampas de siempre. La gente ya no se engaña con promesas vacías: quiere hechos, quiere resultados, quiere desarrollo real.

La lección que nos deja APERTAC es dura pero necesaria: nunca más proyectos maquillados de emprendimiento que terminan siendo cementerios de ilusiones. Y frente a quienes hoy intentan reabrir esa página negra, desde aquí lo decimos con firmeza: Tacna no necesita excusas, necesita soluciones.

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