CUSCO | 24 JUN 2025. Con una impecable puesta en escena y ante miles de asistentes, la ciudad del Cusco volvió a ser testigo este 24 de junio de una de las ceremonias más emblemáticas del calendario andino: el Inti Raymi o Fiesta del Sol. El evento principal se desarrolló en la explanada de Sacsayhuamán, donde más de 300 actores dieron vida al ritual que rinde homenaje al astro rey y simboliza el renacimiento del mundo andino.
La celebración comenzó desde tempranas horas con actos ceremoniales en el Qoricancha, donde el Inca, junto a su séquito, realizó una ofrenda simbólica al sol, pidiendo prosperidad para el nuevo ciclo agrícola. Posteriormente, el cortejo real se trasladó hasta la Plaza de Armas del Cusco, donde se representó el encuentro de los pueblos del Tahuantinsuyo.
El acto central tuvo lugar a la 1:30 de la tarde en Sacsayhuamán, imponente escenario ceremonial de origen incaico. Durante más de dos horas, los asistentes pudieron presenciar una emotiva representación que incluyó danzas ancestrales, cánticos en quechua, procesiones rituales y la tradicional ofrenda simbólica de una llama, en una clara evocación a las prácticas religiosas del antiguo imperio.
Éxito de convocatoria y transmisión
Según cifras oficiales, más de 3,500 espectadores –entre turistas nacionales e internacionales– asistieron al evento, cuyas entradas fueron vendidas exclusivamente en línea desde el mes de abril. Las tribunas habilitadas (zonas verde, roja y naranja) se agotaron semanas antes, reflejando el interés global por esta manifestación cultural.
El evento también fue transmitido en vivo a través de TV Perú y diversas plataformas digitales, permitiendo que miles de personas en todo el país y el extranjero pudieran conectarse con la espiritualidad y el simbolismo del Inti Raymi.
Un legado que se fortalece
El Inti Raymi, instaurado nuevamente en 1944 como parte de la revalorización del legado incaico, no solo es una atracción turística, sino una afirmación cultural del mundo andino. Esta fiesta representa el solsticio de invierno y el año nuevo andino, y continúa siendo un punto de encuentro entre la memoria ancestral y la identidad contemporánea del Perú profundo.
Con danzas que provienen de las cuatro regiones del antiguo Tahuantinsuyo y el uso del idioma quechua en toda la representación, la edición 2025 reafirmó la vigencia y riqueza de una tradición que no se deja olvidar.
Desde Visión MacroSur saludamos a todo el pueblo cusqueño por mantener viva una de las ceremonias más importantes de los Andes, y recordamos que la conexión con nuestras raíces es también un camino hacia el futuro.