Por: Efrain Choque Alanoca
Reymundo Hualpa, en su libro sobre el gran maestro Omar Zilbert tuvo a bien transcribir unos pasajes de la biografía del autor de la Polca a Tacna, publicados en el diario local Sur, el 11 de junio de 1962.
Zilbert, que ahora es rescatado por la nueva historia -junto a Carlos Nalvalte Zeballos-merece un estudio sistemático de su obra literaria, sindical y política;pues su obra fue silenciada, en razón de sus ideas socialistas.
LA CANCIÓN QUE OMAR ZILBERT OLVIDÓ
“Mi Tacna hermosa” se hizo (en) una noche de 1940, cuando Omar Zilbert y un grupo de amigos hablaban de su tierra en una esquina de la plaza de armas. Aquella noche surgieron los versos y al día siguiente el heroísmo, la lealtad y belleza de Tacna pasaron al pentagrama con la inspiración de Eduardo Pérez Gamboa.
La polca fue estrenada en Radio Tacna hace veintidós años por un conjunto local. Y el ingeniero José Cáceres Vernal, propietario de la emisora, fue uno de los que más se preocupó por difundirla.
Cuando se popularizó en Tacna, la polca conquistó Arica. Meses después surgieron las primeras grabaciones en Santiago de Chile, hechas por conjuntos chilenos.
El que se fue.
Quien mejor ha interpretado “Mi Tacna hermosa” es Jesús Vásquez (…) Cuando Zilbert era muchacho, el amor al Perú y al terruño lo convirtieron en un canillita, que de calle en calle pregonaba el periódico “Justicia” (*), editado por la Comisión Plebiscitaria Peruana.
A los dieciocho años hizo sus primeros versos. En la actualidad tiene cuadernos y cuadernos llenos. A esa misma edad llegó a Lima. Estuvo allí dos años y en 1934 retornó a Tacna, donde trabajo como carpintero y pintor de brocha gorda. Estos oficios, según expresó, le permitieron participar en la incipiente vida de las instituciones tacneñas a las que prestó su colaboración.
Dirigente.
Su agitada vida sindical también se inició en la adolescencia. En el Colegio Nacional promovió una huelga en 1930 para impedir el nombramiento de un Director. Posteriormente participó y fue uno de los principales gestores, según relató, de los reclamos hechos por sindicatos.
En 1937, egresó como maestro. Sus estudios los alternaba con su trabajo y con la poesía. No pudo ejercer en Tacna durante tres años por sus ideas políticas, pero en 1943, en una escuela de Tarata, pudo dictar sus primeras lecciones. Allí nació como dirigente magisterial, siendo elegido Presidente de la Asociación Provincial de Maestros Primarios de Tarata. Un año después viajó a Lima como delegado a la primera Convención de Maestros Primarios del Perú. Terminada la Convención y estando cercano el proceso electoral –las elecciones que dieron el triunfo a Bustamante y Rivero- le prohibieron volver a Tacna, por su trayectoria política.
“-Fui un deportado en mi propia tierra”, -dijo.
Esta prohibición lo obligó a radicar en Lima. En una escuela de Los Naranjos encontró una vacante como auxiliar y lo aceptó. Desde entonces cientos de niños limeños lo llamaron maestro.
Cuatro hijos.
“La vida en Lima, cuando uno es casado y tiene cuatro hijos, demanda un presupuesto que no puede cubrirse con un sueldo”. Por esa razón Omar Zilbert descubrió en la capital un nuevo medio de vida: la radio.
Y frente al micro han pasado doce años en la vida de Zilbert.
En radio “Central” está considerado mejor locutor”. (En: Sur de Tacna, del 11 de junio de 1962, p. 06).
(*) Semanario que se imprimía a bordo del “Ucayali”, en 1926, y luego era distribuido en las provincias cautivas de Tacna, Arica y Tarata.
MI TACNA HERMOSA
(Polca)
Mi tierra es un edén de fantasía
que pueblan juncos, rosas, buganvillas;
mi tierra es un jardín de realidades,
poemas de mujeres y saudales.
Despierta con el beso que el Tacora
le da con su blancura de alabastro,
trabaja, vive, goza y en sus noches
hay sueños de esperanza y de pasión.
Ciudad hermosa… ¡TACNA!
Tierra preciosa,
vas derramando… ¡TACNA!
tu heroicidad
y en nuestra historia… ¡TACNA!
brilla tu gloria
como una aurora de alba majestad.
Somos peruanos… ¡TACNA!
que te adoramos,
como una enseña… ¡TACNA!
de lealtad
y te cantamos… ¡TACNA!
a tu bravura
y a la hermosura de tu gran ciudad.
Pareces una reina de leyenda,
viviendo entre vilcas y granados;
aromas da el viento de tus prados
y el agua del Caplina las canciones.
La Luna va tejiendo en tu alameda
amor con mil caricias y promesas,
lunita que a la tez de tus mujeres
le das besos de plata entre un palmar.
Ciudad hermosa…
(Letra: Omar Zilbert Salas; música: Eduardo Pérez Gamboa)
